Comisaría del Menor Villa Mercedes

Conocido en los círculos policiales y judiciales por su historial delictivo, el joven ha sido descrito por algunos agentes como “más famoso que el dulce de leche“, aunque su reputación está lejos de ser dulce.

Actuando solo o acompañado, armado o desarmado, el adolescente ha sembrado el temor en varios barrios de la ciudad. Su último encuentro con la justicia lo llevó ante la jueza del Juzgado Penal Juvenil y Contravencional de Villa Mercedes, quien decidió aplicar una de las medidas más severas disponibles para menores: la prisión domiciliaria.

Además de permanecer bajo vigilancia en casa, el joven está obligado a enfrentar sus problemas de adicción a las drogas y a asistir regularmente a la escuela para completar su educación primaria, aunque sus promesas previas de cambio han sido incumplidas. La jueza Antonella Magnano Panero supervisará su progreso en una audiencia de control programada para el 29 de agosto, advirtiendo que cualquier violación de estas condiciones podría resultar en medidas más drásticas, incluyendo un posible traslado a un centro correccional fuera de la provincia.

Durante el breve período en que estuvo bajo la jurisdicción de la fiscal Daniela Torres, el joven fue denunciado por múltiples robos, a menudo aprovechando la vulnerabilidad de adolescentes de su misma edad. Su método incluía engañar a las víctimas con historias inventadas antes de atacarlas, a menudo con violencia.

Uno de los incidentes más notorios fue el robo de una motocicleta y un allanamiento en una propiedad en renovación, seguido de la venta ilegal de los bienes sustraídos. Con un historial que incluye desde robos de alta gama hasta estafas con tarjetas de crédito robadas, las autoridades también han señalado la posible complicidad de los padres del joven, dado que nunca se encuentra dinero en su posesión al momento de su arresto.

El futuro del joven delincuente está marcado por la incertidumbre y las consecuencias de sus acciones. Aunque actualmente evita la cárcel debido a su estatus de menor de edad, su destino legal podría cambiar radicalmente una vez que cumpla los 18 años. Mientras tanto, las autoridades locales continúan vigilando de cerca sus movimientos, conscientes de que cada día de libertad podría llevarlo un paso más cerca de un futuro tras las rejas.