“La motosierra no se detiene”. Con esa frase tajante, el Presidente Javier Milei dejó en claro al Gabinete la necesidad imperiosa de seguir adelante con las reformas estructurales que el Gobierno considera esenciales para el futuro del país.
En esa línea, el mandatario anticipó que el pilar central de las próximas medidas será alcanzar el déficit cero, un objetivo que ha marcado como prioritario en su agenda económica. Para ello, buscará avanzar con la eliminación de unos 40 organismos adicionales y la reducción de otros 20 mil empleados, según los cálculos que manejan en Casa Rosada.
Estas medidas no estarán exentas de controversia, ya que incluirán a organismos descentralizados que, desde la óptica oficial, pueden fusionarse o directamente eliminarse, al considerarse que no cumplen una función relevante para la lógica libertaria que guía las decisiones del Ejecutivo.
Un ejemplo de lo que se viene lo dio el Gobierno recientemente al decretar la disolución del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y del Ente de Control y Gestión de la Vía Navegable Troncal (ECOVINA). Estas instituciones ahora dependen del Ministerio de Justicia y de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, respectivamente, en un claro movimiento hacia la concentración de funciones y la reducción de lo que consideran burocracia innecesaria.
El panorama que se avecina será decisivo para la estructura estatal, donde las decisiones de la Casa Rosada apuntan a una reconfiguración profunda de las instituciones y del aparato público.