En los dos primeros meses de su mandato, el presidente Javier Milei ha desencadenado una serie de cambios significativos en su gabinete, marcando la salida de once funcionarios, entre renuncias y desplazamientos. Entre los afectados se encuentran el titular de ANSES, Osvaldo Giordano, y la secretaria de Minería de la Nación, Flavia Royón, quienes fueron solicitados a renunciar por el propio Milei.

La tendencia de despidos comenzó apenas una semana después de la asunción de Milei, con la renuncia de Eduardo Roust, quien iba a ser designado subsecretario de Medios. La lista de afectados incluye a figuras de alto rango, como el exministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, desplazado en medio de un escándalo a fines de enero.

El presidente Milei ha expresado su deseo de apartar a aquellos que, según él, frustraron la sanción de la ley ómnibus. Giordano y Royón, ambos vinculados a gobernadores criticados por el Gobierno, no parecen ser los últimos en la lista de desplazados.

Desde Presidencia se ha argumentado que la crisis económica heredada y el momento histórico actual requieren funcionarios comprometidos con la modernización y desburocratización del Estado. Sin embargo, se han tejido diversas interpretaciones sobre la gestión de Milei, destacando palabras como improvisación, paranoia y desconocimiento.

El caso de la salida de Ferraro, quien se encargó de la fiscalización de La Libertad Avanza en campaña, ha generado controversia. Aunque oficialmente se habló de filtración de “datos sensibles”, se sugiere una posible interna con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.

La crisis se ha extendido a otras áreas sensibles, como la Superintendencia de Servicios de Salud y la Agencia Nacional de Discapacidad, generando incertidumbre y cambios abruptos. Las decisiones, aparentemente vinculadas a la respuesta ante el paro de la CGT, han despertado especulaciones sobre quiénes están acumulando poder en estas áreas.

En el ámbito de la comunicación, la salida de consultores clave como Eduardo Roust y Juan Caruso ha dejado entrever diferencias irreconciliables en la estrategia de comunicación oficial. Roust, con una amplia experiencia en comunicación política, abandonó su cargo tras desacuerdos sobre la duración de la suspensión de la pauta publicitaria.

La agitación en el gobierno de Milei ha generado preocupación y especulaciones sobre el rumbo de su gestión. Con once funcionarios afectados en tan poco tiempo, la estabilidad del gabinete presidencial se convierte en un tema de análisis y debate.