Bárbara Murcia, residente de La Plata, ha enfrentado una pesadilla constante desde que se separó de su pareja hace dos años. A pesar de presentar múltiples denuncias por violencia y acoso, la respuesta de la justicia fue insuficiente para detener el tormento que vive a manos de su expareja, Juan Manuel Comaschi.

La situación se volvió crítica en los últimos meses, con Comaschi irrumpiendo en la casa de Bárbara el 9 de marzo, rompiendo ventanas y agrediéndola físicamente. Estos actos se suman a una serie de ataques que incluyen acoso constante, amenazas de muerte, robo y vandalismo.

A pesar de las denuncias presentadas en la Fiscalía N°13 de La Plata y de la evidencia proporcionada, la respuesta de la justicia ha sido decepcionante. La única sugerencia ofrecida a Bárbara fue que se mudara de casa, una solución que parece insuficiente y hasta irresponsable, dada la gravedad de la situación.

La abogada de Bárbara, Jaqueline Miranda, expresó su frustración ante la falta de acción por parte de la justicia. A pesar de contar con pruebas contundentes, incluyendo fotografías, audios y mensajes de amenazas, las autoridades se niegan a tomar medidas drásticas, a menos que el agresor sea sorprendido in fraganti. Esta situación evidencia las deficiencias del sistema judicial en la protección de las víctimas de violencia de género y resalta la urgencia de reformas que garanticen una respuesta más efectiva y segura para mujeres como Bárbara Murcia.