La Confederación General del Trabajo (CGT), acompañada por las dos CTA, organizaciones sociales, el peronismo y la izquierda, llevó a cabo su primer paro durante la administración de Javier Milei. La jornada incluyó una impresionante movilización frente al Congreso, donde líderes sindicales expresaron su rechazo a la ley ómnibus y al mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).

En el escenario instalado frente al parlamento, Pablo Moyano, cotitular de la CGT y líder de Camioneros, advirtió al ministro de Economía, Luis Caputo, sobre las consecuencias de las medidas económicas propuestas. Moyano destacó que si estas políticas de hambre y ajuste continúan, los trabajadores llevarán al ministro “en andas” al “Riachuelo”, haciendo eco de las palabras del presidente Milei.

Además, instó a los legisladores a no respaldar la ley ómnibus ni el retorno del Impuesto a las Ganancias propuesto por el Gobierno. Moyano enfatizó la inconformidad de los trabajadores y jubilados, sugiriendo que, en lugar de gravar los ingresos, se debería aumentar el impuesto a las grandes fortunas.

Dirigiéndose a los legisladores, Moyano afirmó que están frente a una decisión histórica, instándolos a tomar partido a favor de los trabajadores en lugar de las corporaciones. Criticó fuertemente a los diputados peronistas que respalden el DNU, considerándolo contrario a los intereses de los jubilados, trabajadores y la soberanía argentina.

Pablo Moyano lamentó que la supuesta ley de reforma laboral sea redactada por Paolo Rocca y Mercado Libre. Haciendo un llamado a todos los “argentinos de bien”, instó a unirse al frente de resistencia, destacando que, a pesar de protocolos y multas, la patria no se vende, se defiende.

El discurso final lo pronunció Héctor Daer, cotitular de la CGT, quien recordó la responsabilidad de los legisladores y la misión del sindicalismo en defender los derechos de los trabajadores. Daer expresó preocupación por la supuesta intención del nuevo gobierno de destruir al sindicalismo y criticó la utilización de la libertad para socavar los derechos de los jubilados.

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Daer se quejó de la extensión del proyecto de ley ómnibus, considerándolo un intento de evitar un debate significativo. Además, denunció la desestimación hacia empleados públicos y docentes, sugiriendo que es parte de un plan para destruir el Estado.

La movilización transcurrió bajo el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, limitando las interrupciones al tránsito. A pesar de la gran concurrencia, el acto concluyó a las 14:40, seguido de una rápida desconcentración.

El paro y la marcha tuvieron eco en varias ciudades del país, demostrando un rechazo generalizado al mega DNU y la ley ómnibus, particularmente en lo referente a reformas laborales. Este paro, convocado en menos de 20 días desde la asunción de Milei, se convierte en el más rápido desde el retorno de la democracia.