En octubre del año pasado, el kibutz israelí Nir Oz fue testigo de uno de los ataques más devastadores perpetrados por el grupo radical Hamas, dejando decenas de muertos y personas secuestradas, entre ellas, Ester Cunio, una argentina de 90 años residente en Israel desde la década del 80. Sin embargo, en medio de la tragedia, una frase inesperada salvó a Ester de convertirse en rehén: “Yo soy de donde es Messi”.

El mundo aún recuerda con horror la invasión de Hamas en territorio israelí, un acto que dejó 1200 personas muertas y una estela de destrucción en el sur de Israel. Nir Oz, uno de los kibutz más afectados, sufrió el embate de los terroristas, con casas incendiadas, rastros de sangre y decenas de personas secuestradas, incluyendo a miembros de la familia de Ester.

En una entrevista para el documental,  Ester relata cómo logró evitar ser secuestrada por los terroristas. Cuando intentaron agarrarla, pronunció las palabras que cambiarían su destino: “No me hables porque yo tu idioma no lo sé y el hebreo lo hablo mal. Yo hablo en castellano, de Argentina”. Sorprendido, uno de los terroristas le preguntó sobre Argentina, a lo que Ester respondió: “¿Vos mirás fútbol? Yo soy de donde es Messi”. Esta simple frase le ganó la simpatía del hombre armado, quien decidió dejarla libre luego de tomarle una foto con una ametralladora sobre su falda.

Cinco meses después del ataque, aún persisten los pedidos de liberación para los 134 rehenes que siguen en manos de Hamas en la Franja de Gaza. La presión internacional por un cese del fuego se intensifica mientras las familias de los secuestrados esperan noticias sobre sus seres queridos.