Este lunes, José Miguel Padilla, el sacerdote conocido por su controvertida trayectoria en San Luis, falleció a los 70 años tras luchar contra una dura enfermedad. Su muerte cierra una etapa marcada por contradicciones: mientras algunos fieles lo defendieron y acompañaron, otros lo cuestionaron fuertemente por su papel en diversos escándalos.
Padilla, de impecable porte y siempre de alto perfil, fue denunciado por abusos sexuales en La Pampa y, aunque fue absuelto por el beneficio de la duda, esas acusaciones mancharon su imagen hasta sus últimos días. Sus últimas semanas las pasó en la habitación 1 del Centro Oncológico San Luis, donde recibió visitas de sus seguidores, quienes lo vieron deteriorado por el cáncer.
El sacerdote no dejó de enviar cadenas de audio a través de WhatsApp, mensajes que él llamaba “Un minuto para el alma”, donde, con la voz quebrada, seguía predicando. En uno de sus últimos audios, dijo: “Un Ave María y adelante, y ese adelante no se apoya en los hombres sino en la fuerza de la gracia de Dios”.
Una vida entre la fe y la polémica
Miguel Padilla fue una figura clave dentro de la Iglesia, especialmente en San Luis. Desde 1980 hasta 1983, fue capellán del GADA 161, el cuartel del Ejército Argentino en la provincia, y tuvo una participación directa en el levantamiento carapintada de 1987. Las cámaras de televisión lo captaron a las puertas del regimiento, un hecho que quedó grabado en la memoria colectiva.
Durante su carrera, Padilla fue un ladero fiel de Juan Rodolfo Laise, obispo de San Luis hasta 2001, a quien también rodearon acusaciones por crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, el mayor escándalo en la vida del sacerdote se vinculó a su protección a Oscar Bianchi, un profesor de natación acusado del brutal asesinato de Jimena Hernández, una niña de 11 años, en 1988. Padilla lo refugió en su iglesia y seminario, a pesar de la gravedad del caso.
Padilla en La Pampa y su absolución
Otro capítulo importante de su vida lo vivió en Intendente Alvear, La Pampa, donde fue denunciado por un joven seminarista por abuso sexual entre 2014 y 2015. En el juicio realizado en mayo de 2023, Padilla fue absuelto, pero el escándalo lo siguió hasta su lecho de muerte. Tras la absolución, regresó a San Luis, donde continuó con su trabajo pastoral hasta que su enfermedad lo debilitó.
El velorio de Miguel Padilla se realizará este martes en la parroquia del Carmen a partir de las 9 de la mañana, seguido por una misa a las 11. Será enterrado en el cementerio San José. Su muerte deja una profunda marca en la feligresía y en la historia de la Iglesia puntana, que lo acompañó y lo cuestionó hasta el final.