Una emisión en directo de la cadena de televisión ecuatoriana TC fue interrumpida el martes por personas encapuchadas y armadas, que obligaron al personal a tumbarse en el suelo, mientras se oían disparos y gritos.
Más tarde se vio a algunos de los encapuchados salir de un estudio de grabación con parte del personal.
El incidente se produjo en medio de los secuestros de al menos siete policías y una serie de explosiones, un día después de que el presidente Daniel Noboa declaró el estado de excepción en el país.
La señal en directo, que finalmente se cortó, mostraba al personal acurrucado en el suelo de los estudios de TC en Guayaquil, mientras figuras armadas hacían gestos a la cámara. Se escuchó a alguien gritar “policía no”.
Posteriormente se pudo ver a algunos de los delincuentes saliendo del estudio con parte del personal, mientras que otro canal mostró imágenes de policías afuera de la sede de TC en Guayaquil.
La Policía Nacional informó en las redes sociales que sus unidades especializadas estaban desplegadas en el lugar para atender la emergencia.
Confirmó 13 arrestos y publicaciones de la fuerza en las redes sociales mostraron fotografías de jóvenes tirados en el suelo con las manos atadas a la espalda.
TC, que transmite a nivel nacional, comparte sitio con otra emisora pública, Gamavisión, y estaciones de radio.
Los delincuentes ingresaron por la recepción de Gamavisión, agredieron al personal del lugar y dejaron dinamita, dijo a Reuters el coordinador de noticias de TC y reportero Leonardo Flores Moreno.
“Nos encontrábamos en una reunión de trabajo y nos alertaron y logramos escondernos”, dijo Flores, quien no estuvo en el escenario durante la toma, pero dijo que aparentemente dos personas en TC habían resultado heridas.
“No sabemos qué está pasando, la gente está nerviosa, hay muchos compañeros de Gama y TC que se están escondiendo”, dijo Flores, agregando que podía escuchar helicópteros sobrevolando el lugar.
El incidente se produjo tras el secuestro de al menos siete agentes de policía y una serie de explosiones, un día después de que el presidente Daniel Noboa declarara el estado de emergencia.
El presidente Daniel Noboa, hijo de uno de los hombres más ricos del país, asumió el cargo en noviembre con la promesa de frenar una ola de violencia relacionada con el narcotráfico en las calles y en las cárceles que ha ido en aumento durante años.
Noboa declaró el lunes el estado de emergencia durante 60 días -una herramienta utilizada por su predecesor con escaso éxito-, habilitando patrullas militares, incluso en las prisiones, y estableciendo un toque de queda nocturno nacional.
La medida fue una respuesta a la aparente fuga de Adolfo Macías, líder de la banda criminal Los Choneros, de la prisión donde cumplía una condena de 34 años, y a otros incidentes carcelarios recientes, como la toma de guardias como rehenes.