El Programa de Acompañamiento para el Egreso de Jóvenes Sin Cuidados Parentales (PAE) del Ministerio de Capital Humano ha sido una tabla de salvación para miles de jóvenes vulnerables en Argentina. Sin embargo, una crisis administrativa dejó a más de 2.600 de ellos en una situación de desamparo económico desde hace tres meses.

La ayuda, que representa el 80% del salario mínimo, vital y móvil, terminó de ser abonada desde febrero de este año, dejando en la incertidumbre a jóvenes que dependen de este subsidio para subsistir tras salir de hogares donde enfrentaron situaciones de violencia física y psicológica.

La falta de pago no solo generó dificultades económicas, sino que también desencadenó una serie de reclamos por parte de los beneficiarios, quienes exigen una respuesta concreta sobre la regularización de los pagos y la posibilidad de realizar extracciones diarias superiores a los límites impuestos.

Si bien desde el gobierno reconocen la situación y prometen una pronta regularización, la inquietud persiste entre los jóvenes afectados, quienes enfrentan el desafío de iniciar sus vidas adultas sin el respaldo económico necesario.

El PAE, creado en 2017 por ley nacional, tiene como objetivo brindar apoyo a jóvenes que salen de hogares institucionalizados, ofreciendo una ayuda económica y la figura de un referente que los acompañe en su transición a la vida adulta. Sin embargo, la falta de recursos y la crisis administrativa dejaron en entredicho la efectividad de este programa para aquellos que más lo necesitan.