El Banco Central de la República Argentina (BCRA) tomó medidas significativas en respuesta a la marcada tendencia deflacionaria que ha caracterizado las últimas semanas de abril. La reducción en los precios de la canasta básica y otros rubros impulsaron al BCRA a acelerar la disminución de las tasas de interés, alcanzando una nueva reducción del 70% al 60% en la tasa efectiva anual de política monetaria, situándola en un 82% anual.

Esta acción busca mantener los rendimientos negativos y acelerar el proceso de licuación de pasivos, lo que ha contribuido a una disminución en el déficit cuasifiscal, estimado en menos del 5% del Producto Bruto Interno (PBI). El sector bancario, enfrentando menores incentivos para colocar pases pasivos, está mostrando una tendencia hacia la reinversión en el sector privado, especialmente a través de créditos hipotecarios y préstamos personales.

Las mediciones de diferentes consultoras como Econviews y Alphacast confirman una desaceleración constante de la inflación, con reducciones tanto en la inflación núcleo como en los precios de productos básicos en los supermercados. Se proyecta que la inflación de este mes permanecerá en un solo dígito, con la posibilidad de que la inflación núcleo caiga por debajo del 5%.

La política de control monetario del gobierno, que mantuvo la base monetaria relativamente estable desde diciembre, contribuyó a esta desaceleración, junto con la disminución de las ventas y la necesidad de liquidar stocks acumulados durante el período de brecha cambiaria en 2023. La combinación de estos factores generó un escenario donde la baja de precios se convierte en una estrategia empresarial para mantener la liquidez y estimular la demanda.