Esta semana, el juez Matías Farinazzo Tempestini prorrogó la prisión preventiva de Javier Velázquez, el hombre acusado de asesinar a su madre, Marta Magallán, el pasado 29 de enero en el barrio Santa Rita de Casia, en la ciudad de Villa Mercedes. Velázquez permanecerá en el Servicio Penitenciario Provincial a la espera de una prueba de ADN que podría ser determinante en la causa.
El crimen se produjo en la madrugada del lunes 29 de enero, entre la 1:30 y las 3:30, en la vivienda de Magallán. Según el Ministerio Público Fiscal, la mujer fue sometida a violencia física y a maniobras de compresión en el cuello, lo que le causó la fractura del mismo y un consecuente edema pulmonar que provocó su muerte.
El informe preliminar de la autopsia reveló que Magallán presentaba lesiones en brazos y antebrazos, interpretadas como maniobras defensivas. También tenía un golpe en la nariz, un golpe profundo en la boca y una lesión considerable sobre los omóplatos. En el cuello se encontraron marcas de presión dactilar “compatibles claramente con una situación de compresión que produjo la fractura del hueso hioides”. Esta lesión resultó en un edema pulmonar, que inevitablemente llevó a la muerte de la mujer.
Las investigaciones indicaron que Magallán y su hijo habían tenido disputas anteriores. La noche del crimen, algunos vecinos notaron movimientos extraños en la casa y alertaron a un familiar. Cuando llegaron, encontraron el trágico desenlace.
Durante una audiencia reciente en los Tribunales de Villa Mercedes, los fiscales adjuntos Marcelo Palacio y Andrea Court presentaron pruebas y argumentos que llevaron a la decisión de mantener a Velázquez en prisión preventiva. Por su parte, las defensoras oficiales Cecilia Mithiaux y Noelia Páez representaron al acusado.
Palacio recordó que el 24 de mayo se dispuso la extracción de una muestra de ADN para realizar un cotejo de material genético y avanzar en la resolución del caso. Aunque la defensa apeló esta decisión, el Tribunal de Impugnación confirmó la prórroga de la detención por 30 días, a fin de completar la pericia pendiente.
El día del homicidio, aproximadamente a las tres de la madrugada, algunos vecinos vieron a Velázquez sacar elementos de la casa, entre ellos un televisor, y lo notaron muy nervioso. Alertaron a otros familiares, quienes acudieron al lugar. Una nieta de Magallán encontró a su abuela sin vida en el piso del comedor y a Velázquez en el descanso de la escalera.
Los fiscales señalaron que en el lugar del crimen no había otras personas presentes, solo el hijo de la víctima. Durante todo el procedimiento policial, Velázquez permaneció en una habitación contigua, sin hacer declaraciones, y los investigadores mencionaron que estaba “orientado en tiempo y espacio”.
La resolución de este caso sigue pendiente de la pericia genética, cuya realización será crucial para esclarecer los hechos y determinar la culpabilidad del acusado.