El Gobierno nacional tomó una decisión que generó gran revuelo en el ámbito cultural y político del país: cambiar el nombre del Centro Cultural Kirchner (CCK), uno de los espacios culturales más importantes de Argentina. La noticia fue comunicada por el vocero presidencial Manuel Adorni al inicio de una rueda de prensa en la Casa Rosada.

El anuncio de esta decisión desató un intenso debate sobre la identidad y la política en el país. Según Adorni, la motivación principal detrás de este cambio radica en desvincular el nombre del espacio cultural de la figura del expresidente Kirchner, asociada a la corrupción según fuentes de Casa Rosada. Como alternativa de renombrar el lugar, comenzó a sonar fuerte el nombre del reconocido escritor Jorge Luis Borges.

Este cambio de denominación no es algo nuevo en la historia reciente del país. Durante la administración de Mauricio Macri, se planteó la posibilidad de renombrar el CCK, generando un intenso debate público. Sin embargo, hasta ahora ninguna administración había oficializado esta decisión.

El CCK, antes conocido como el Palacio de Correos, se convirtió en un centro cultural de gran relevancia, utilizado incluso para eventos políticos de alto nivel. Esta decisión de cambiar su nombre plantea interrogantes sobre el rol de la cultura en el ámbito político y la construcción de la identidad nacional.

La polémica también se extendió al traslado de la estatua de Néstor Kirchner que se encontraba en la entrada del CCK, retirada días antes de la asunción del nuevo gobierno. Mientras las autoridades municipales argumentan que fue un traslado solicitado antes del cambio de gobierno, desde el CCK niegan que haya sido una decisión de las nuevas autoridades.

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