La creciente incidencia de cáncer colorrectal en Argentina plantea una seria preocupación entre la comunidad médica, que advierte sobre la necesidad urgente de mejorar las medidas preventivas y de detección temprana. Aunque se considera una enfermedad altamente prevenible, el cáncer colorrectal ocupa el segundo lugar en incidencia y mortalidad en el país.

Factores como una dieta baja en fibras, el consumo de alimentos ultraprocesados y el estilo de vida poco saludable se señalan como posibles causas de este aumento en los diagnósticos.

Especialistas en oncología enfatizan la importancia de adoptar hábitos de vida saludables, así como de realizar controles periódicos con el médico para detectar cualquier signo temprano de la enfermedad.

A pesar de los desafíos, los avances en el tratamiento del cáncer colorrectal ofrecen esperanza a los pacientes. Con una combinación de quimioterapia, terapias dirigidas y cirugía, se logran altos niveles de curación y una mejor calidad de vida para aquellos afectados por esta enfermedad.

“El problema es cuando las personas, por diferentes motivos, no se hacen ninguno. Sobre una población objetivo que consideramos que debería realizarse alguno de los estudios, estimamos que apenas un 30% efectivamente accede al screening”, afirmó Basbus, médico oncólogo clínico, especialista en tumores digestivos, miembro del Servicio de Oncología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Dentro de la población objetivo se encuentran todas las personas a partir de los 45 años -sin distinción de sexo, ya que la incidencia es similar en ambos- e inclusive antes en aquellos individuos que pertenezcan a los grupos de mayor riesgo.

“Si el paciente tiene alguno de los factores que incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de colon, como antecedentes de familiar de primer grado o dos familiares de cualquier grado con historia de cáncer colorrectal o que presentaron pólipos tipo adenoma antes de los 60 años, ese individuo debe iniciar los estudios a los 40 años o 10 años antes del caso más joven registrado entre sus familiares”, sostuvo por su parte  Carlos Alberto Silva, médico oncólogo, Coordinador Médico y Co-coordinador Psicosocial de la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (Lalcec).

“Llamativamente, cada vez estamos viendo casos de cáncer de colon en edades más tempranas y todo indicaría que están relacionados con una dieta baja en fibras y rica en grasas y alimentos ultraprocesados que afectan la microbiota, generando un estado proinflamatorio a nivel intestinal. En algunos pacientes, sobre todo en aquellos con muchos factores de riesgo, ese estado proinflamatorio podría contribuir al desarrollo del cáncer de colon”, insistió Basbus.

Las recomendaciones para disminuir el riesgo incluyen una alimentación balanceada, poco o nada de alcohol, no fumar, actividad física según las posibilidades de cada persona y consultas periódicas con el médico.

La enfermedad suele ser asintomática en sus estadios iniciales, de allí la importancia de los controles preventivos. Cuando se manifiesta, generalmente ya en estados avanzados, suele hacerlo con sangrado rectal, anemia, pérdida de peso, dolores abdominales o de recto frecuentes y cambios en los hábitos intestinales, entre otros.

Además de la importancia de la prevención y la detección temprana, hoy en día se cuenta con numerosas alternativas terapéuticas con muy buenos resultados, aun en estadios avanzados.