Acá se descubre un enemigo muy claro: Villa Mercedes y se descarga con el intendente, y con cuanta institución se le cruza.
En parte, se puede entender que la caída en la calidad y los despidos se relacionen con la dependencia histórica del periódico de la jugosa pauta publicitaria provincial que les proporcionaba el gobierno.
Actualmente, según relatan sus empleados, Alberto es quien dirige las editoriales, y no oculta su ira contra Villa Mercedes y Maxi. La derrota electoral del año pasado, a pesar del considerable desembolso de fondos provinciales para la campaña, aún le duele.
Lo que Alberto no consideró es que, aunque invirtió dinero en la campaña, los candidatos que promovió no eran del agrado de los habitantes de Villa Mercedes. El Gato Fernández era un desconocido y Alberto ya había perdido popularidad.
Recientemente, el Diario de la República intentó desacreditar a Maxi Frontera mostrando una foto antigua con Yago Escobar, quien más tarde se convertiría en estafador. Es absurdo esperar que una figura pública pueda prever el futuro de todas las personas con las que se fotografía.
Si aplicamos la misma lógica, todas las denuncias contra ex funcionarios de Alberto por corrupción lo implicarían directamente, o se podría vincularlo a las causas judiciales de Freixes y su hijo. En estos casos, será la justicia quien decida sobre la culpabilidad y las conexiones.
Hasta que no se celebren elecciones libres en el Partido Justicialista provincial, continuaremos viendo cómo este diario, fundado por Hernando Mario Pérez en el siglo pasado y en el que trabajó Antonio Esteban Agüero, se transforma en un continuo ataque a los ciudadanos de Villa Mercedes. Mientras tanto, los periodistas se esfuerzan por mantener la calidad a pesar de las presiones para producir notas sensacionalistas.
Fuente: EDSL